No es como muchos piensan. La vida no tiene nada de simple. El primer grito. El alarido de las entrañas, cuesta más que cualquier otro. Uno cree que son los minutos finales los más importantes. Pero el principio, la primera saliva, el choque frontal de realidades. El suspiro primordial del gozo. El gemido inicial. El llanto. Ya no se usan las nalgadas para estimular. Ese momento es tan importante que basta solo con una caricia. La cara de quien recibe a la vida. La vida que aparece haciendo fuerza o con ayuda. Pero que esta presente. Se hace cargo de llegar. De armarse. Todo comienza con dos rayitas. Se les suman unas cuantas eco. Los primeros latidos, los primeros miedos. El vientre crece. De cigota a blastocito, embrión, feto y por fin bebe. Pero siempre es. Y está allí. Pese a las nauseas a los vómitos. A la acides. A los antojos. Pese a los cambios hormonales… pese a todo la vida crece. Nace. Se hace. La vida fluye. Late. Grita. Llora. Se siente. Te agarra el dedo instintivamente. Te sonríe con una mueca inconciente. Y sos el rey del universo pensando que esa sonrisa es para vos. Por eso no es como muchos piensan… La vida no es simple… La vida ES…
