viernes, 24 de octubre de 2008

Envalentonado


Estoy envalentonado con las palabras.
Es que veo con la mediocre indiferencia con la que nos manejamos; y sí siento que tengo el poder y la necesidad de decir.
Decir es un derecho que tenemos y que muy pocos saben usar.
Autocensurados por no se que soberbio ser, creemos no ser dignos de las palabras. Las pensamos cursis.
Tristes.
Feroces.
Blandas.
Poco celestiales.
Pero están y no las decimos.
Las callamos.
Las dolemos.
El terror de la indiferencia es que no le permitimos al otro decir.
Lo callamos desde nuestra creída intelectualidad de mierda.
Desvalorizamos su historia.
Su saber.
Doctrinamos desde la más obscena ignorancia.
Creemos que de esa manera vamos a llevarlo a un limbo.
La maldad concreta.
El olvido.
Por eso ahora me siento envalentonado ante las palabras, ante los sabios y necios jueces.
Hablen. Digan... Ese es nuestro derecho.

lunes, 6 de octubre de 2008

Un espacio


Ninguna razón tiene sentido en este momento. Un espacio que se gesta, un rincón donde se encuentran las dudas, los silencios. La incertidumbre de saber si lo que se esta haciendo está bien o mal. Las preguntas solo son disparadores para que nos podamos mover del lugar en donde estamos. Y estamos jodidos cuando solo queremos dar respuestas que no tienen ningún fundamento. Porque son las mismas preguntas que nos hicimos muchísimas veces. Y las voces que buscan respuestas muchas veces no tienen ningún tipo de voz.

Si esto pretende ser la locución de alguien un tanto pretencioso… Sí, pretendo ser un hacedor de preguntas. Pretendo tomarme el tiempo para ver que las cartas en estos momentos no están bien barajadas.

Por eso junto a un grupo de colegas docentes nos estamos empezando a juntar para encontrar preguntas. Generarnos el tiempo y el lugar que los sabios gobernantes nos quitaron…

Los invito, a quien lo desee, a participar de la próxima marcha del orgullo gay. Como docentes, con la consigna de educar para liberar… En un próximo post daré mas detalles.