martes, 11 de mayo de 2010

Estoy de vuelta

La mano me sugiere que vuelva a presionar las teclas con sentido. Mi hijo de 17 meses descansa plácidamente a mi lado en el cochecito. En la radio suenan los Redondos. El mate ya está lavado y medio frío. Y yo estoy de vuelta.

Esta vez no me pongo en la piel de los mal entretenidos como lo hice muchas veces. Esta vez estoy en mi misma piel, en la piel de alguien que tiene algo que decir. A los 41 todavía tengo qué decir. Hoy estoy de vuelta y eso es lo importante.

¿Si me importa el que dirán de mis opiniones los demás? La verdad es que muy poco, hoy solo me importa que volví.

¿A dónde volví? A mis fuentes. A mis espíritu curioso. A decir lo que pienso. A crear historias realmente irreales. Volví a creer. Debo agradecerle esta vuelta a ella, la luz que ilumina mis días, y a él quien de la energía a mi vida. De las manos de ellos y gracias a ellos volví.

¿De dónde volví? Del centro de la tierra. Del pozo oscuro en el que yo mismo quise entrar. Del silencio al que yo mismo me llamé. Un exilio dentro de mí. Un oscuro partir y un destino que era incierto. Pero ahora volví. Y acá estoy…

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