miércoles, 16 de febrero de 2011

El Carajo…

Uno sube. No sabe bien que es lo que se va a encontrar arriba. Uno sube y ve. Va a lo más alto. Solo para ver. Para encontrarle sentido a lo que busca. El carajo esta siempre libre. Porque nadie se le anima. Porque desde ahí se ve de verdad. Se ve una realidad más nítida. Algunas almas y algunos ojos no están preparados para ver bien lo que pasa. Por eso nunca llegan a asirse de la barandilla del carajo. Se caen antes. Los que si quieren ver y dejarse llevar llegan. Cansados, con las manos gastadas y los ojos rojos. Cuesta enfocar por primera vez. Pero da sus frutos. Saberse todo poderoso. Mirar y ver lo que pasa. Sentirse sobre una babel que nunca caerá. Una torre desde donde todo se ve. El presente, pasado y futuro de lo que es fue y será.

El carajo no desilusiona al que llega. Las expectativas siempre son las mejores. Aunque depende de lo que uno fuera a buscar. Porque el carajo da lo que encuentra. Es la parte mas alta. La babel de la realidad. Uno pone sus ojos contra el piso y ve que nada es como lo ven las cámaras. Es que el problema que tienen es el zoom. Acerca mucho las cosas. Se escapa la realidad de fondo. Se enfoca en el primer plano y el entorno no importa. Pero duele lo mismo.

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