domingo, 19 de agosto de 2007

Ideologia




De a poco los muros fueron cayendo. Fue hace mucho, ya parece un tiempo lejano en el que todo podíamos ser iguales. Las esperanzas, esas malditas razones de creer que todo podía cambiar, estaban más firmes en nuestros corazones. Creíamos que iba a ser único, final, terminal. Sentíamos en el alma que todo iba a cambiar. Un mundo viendo como se tira a bajo un emblema de la intolerancia. Fuimos ilusos...

Cientos de eventos mostraban como iba a cambiar el mundo. Se mostraba a Roger Waters, con amigos, haciendo en vivo The Wall y los emblemas seguían cayendo. De la guerra fría pasábamos a un nuevo termino "La Globalización".

Fue un 9 de noviembre de 1989. Mientras que esto pasaba en el viejo continente acá, en el culo olvidado del mundo, caía el primer presidente democrático después de la brutal dictadura que vivimos. Fue el final de una era, el principio de una década infame. La última del siglo. La que más dolor nos trajo. La nueva década que comenzaba con esperanzas, esas malditas razones de creer que todo podía cambiar.

Mientras nos íbamos acostumbrado a esa nueva era, el mundo trataba de memorizar los nuevos nombres de los países que iban naciendo de la disgregación del gran cuco del mundo. Yugoslavia dejaba de serlo, nacían Servia, Herzegovina, Croacia, Letonia, Estonia... El muro dejaba lugar a la libertad y la libertad se hacia a cambio de sangrientas guerras civiles. La Guerra de Los Balcanes marco un cambio y esas falsas esperanzas, malditas razones de creer, se iban desvaneciendo.

Ya pasaron casi veinte años de la caída del muro. De lo que un mesiánico riojano llamó muy suelto de cuerpo "la muerte de las ideologías". En este siglo, que es nuevo pero no del todo mejor, las ideologías siguen aletargadas. En estado de ivernación. Se muto el temor por el comunismo extremo y ahora se habla de "la lucha con el fantasma del terrorismo". Nos invade una generalización de dolor, desconfianza y sin razón. En la actualidad son más de 10 los muros que diferentes países pretenden levantar contra sus vecinos. Esta no es una vición apocalíptica, simplemente es recordar que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.

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